La financiación de las empresas en periodos de crisis

El tema del financiamiento de las empresas, para poder afrontar tanto sus costos operativos, como el pago de sus deudas y el desarrollo de sus inversiones, es siempre uno de los grandes desafíos de cualquier emprendimiento. En períodos de crisis, como la actual, se profundizan dificultades que es necesario analizar y buscar superarlas, a través de un conjunto de medidas con decisiones importantes.

La primera dificultad notoria en períodos como el actual es la caída de ventas, en muchos rubros y empresas, lo que conlleva obviamente caída de la rentabilidad. La consecuencia inevitable es que aparecen o se agravan problemas financieros, producto de la falta de suficientes ingresos, lo que dificulta la operativa normal de las empresas, afrontar las deudas y en general, implica además la postergación de inversiones.

Lo que aumenta el riesgo percibido para los empresarios es la incertidumbre, factor que complica la toma de decisiones y la planificación empresarial. Ante las dificultades financieras más serias de estos períodos, las empresas grandes suelen contar con reservas financieras, y obviamente también mayor posibilidad de refinanciar deudas. 

En las empresas de menor porte en general, las dificultades son más notorias, y dependiendo del rubro y su posición en el mismo, a veces incluso puede comprometer la propia viabilidad. 

MEDIDAS POSIBLES PARA PALIAR Y SUPERAR ESTAS SITUACIONES

Como marco general ante estas situaciones, es necesario realizar un diagnóstico financiero a fondo y rápido: tener claros los indicadores de Ventas, vencimientos a corto plazo de deudas, cuándo y por qué montos vamos a tener dificultades en el Flujo de Caja, obviamente un análisis presupuestal a fondo y de la relación Activos y Pasivos a corto y mediano plazo. 

Los problemas financieros en estos períodos suelen tener el foco en el financiamiento del Capital de trabajo para la operativa de la empresa, debido a la caída importante de ingresos.
Algunas de las medidas posibles de decidir en ese sentido, son las siguientes: 

  • Actualizar los presupuestos de Flujos de Caja, que tienen que ser obviamente más utilizados y con plazos menores, a los efectos de monitorear seguido la situación de liquidez y los vencimientos de obligaciones con tiempo.
  • Análisis de la necesidad, oportunidad y conveniencia de cada gasto corriente: en presupuestos amplios o incluso menores, siempre hay gastos superfluos o que pueden reducirse.
  • En casos más serios puede ser necesaria una reestructura de la empresa, en cuanto a actividades prioritarias, cargos, distribución de tareas y funciones. 
  • Afinar los Costos: logrando mayor eficiencia operativa, a partir del cálculo certero de los mismos, incluyendo los «costos ocultos»  y su posible reducción.
  • Analizar diferentes escenarios, desde los más riesgosos a algunos más optimistas, dependiendo de las variables que estamos analizando y las posibilidades de recuperación de ventas e ingresos a mediano plazo. 
  • La negociación de plazos mayores con los proveedores clave, como asimismo de precios, y negociar la flexibilización del pago de diversas obligaciones. 
  • La reprogramación de deudas bancarias, para lo cual existe un amplio campo en este período. Tanto el BROU como los bancos privados, están extendiendo los plazos de pagos de créditos, sin afectar la categoría crediticia. 
  • Diversificar las fuentes financieras: actualmente existen plataformas digitales financieras, por ejemplo para descontar cheques a tasas muy convenientes, como: www.micheque.uy   (conocido también como «el UBER de los cheques»)
  • Analizar obtener Préstamos a mediano plazo: pudiendo ser del sistema bancario privado o público. En el caso del BROU, la línea crediticia es a tasas bonificadas y con la garantía de SIGA, sistema de garantías que tuvo mejoras. 
    Se otorgan los préstamos tanto a clientes del banco como a empresas que no operan todavía con el mismo. 
  • Préstamos de instituciones de Microfinanzas (República Microfinanzas, Fundasol, IPRU, Cooperativas de ahorro y crédito, etc.), para las empresas denominadas MYPES (o sea micro y pequeñas empresas), concretamente para capital de trabajo. En estos casos son con el respaldo de la agencia estatal ANDE, previendo créditos de hasta UDS 10.000 (en UI), plazo hasta 2 años (en pesos), o 3 años (en UI), con 1 año de gracia, y con tasas de interés bonificadas. 

Lo que es clave al solicitar un préstamo, es el PROPOSITO claro del mismo, que puede ser para Capital de trabajo, Inversión, o reestructurar deudas, cuando estamos hablando de empresas que buscan el llamado «apalancamiento» financiero. 
También es de suma importancia demostrar la capacidad de repago del mismo, y tener o negociar garantías adecuadas. 

Finalmente, tengamos en cuenta que la LIQUIDEZ es un activo central, y que lograr obtenerla en alguna medida en estos períodos críticos, va a permitir a nuestras empresas «sortear la tormenta» hasta cuando empiece la etapa de recuperación, para la cual deberíamos ir armando planes concretos.