La Gestión de personas en una empresa, cualquiera sea su rubro y tamaño, es sin duda fundamental en el desempeño de la misma. Tanto si la ejerce un área especializada como una persona a cargo, tiene una influencia decisiva.
En este artículo veremos como esta función se desarrolló en el tiempo, hasta sus características actuales.
Lic. Sandra Jegerlehner
El departamento de Gestión de Personas existe desde principios del siglo XX. Mucho ha cambiado desde aquellos tiempos, donde lo primordial era la gestión de nóminas y pago de haberes, hasta nuestros días donde se ha convertido en un “socio estratégico” dentro de las organizaciones.
Hoy nos parece imposible imaginar que existió un tiempo donde el departamento de Recursos Humanos no tuviera presencia en las organizaciones. Pero efectivamente lo hubo.
La función de gestión de personas es relativamente nueva en el mundo laboral y ha experimentado considerables cambios a lo largo de los años, especialmente durante los últimos 10 a 20 años y, por supuesto en estos últimos donde el mundo entero se enfrentó a la pandemia de Coronavirus, y a nivel laboral las organizaciones debieron buscar nuevas estrategias de “supervivencia” y reconversión, tanto de sus colaboradores como de la organización en su conjunto.
Cuenta la historia que el primer prototipo de departamento de RR.HH. generalmente se atribuye a la creación de un departamento de administración de personal por parte de “National Cash Register” (empresa fundada en 1894 en Estados Unidos) a principios del siglo XX. Dicho departamento se encargó de manejar situaciones difíciles tales como quejas, despidos y problemas de seguridad de los trabajadores y a su vez de capacitar a los supervisores sobre nuevas leyes, reglamentos y políticas de la empresa. A medida que el tiempo pasó, los departamentos de RRHH se focalizaron en las contrataciones de trabajadores y los despidos, así como en los análisis de productividad y rendimiento del trabajo y su impacto en la organización.
El perfil de los responsables de estos departamentos tenia un marcado acento basado en la autoridad: controlaban, eran los encargados de sancionar si algo no se ajustaba a las normas, y se vinculaban estrechamente a la dirección de las compañías.
Mas adelante, los cambios sociales que ocurrieron en las décadas de los 60 y 70 crearon la necesidad de cambiar el concepto de “Administración de personal, a Administración de recursos humanos”, comenzando a poner foco en las personas y los factores psicológicos sobre el rendimiento laboral, buscando la mejor adaptación del trabajador a la organización.
Ya en los años 80, se comienzan a establecer las nuevas áreas administrativas que dependen del Departamento de RRHH: se dedican a contratar a los trabajadores y brindar capacitaciones entre otras tareas. Se comienza a esbozar el término de “Clima laboral”.
Por su parte en la década de los 90 se generan más espacios de participación hacia los trabajadores. Se comienza a notar que lo que impulsa el éxito de las organizaciones es el talento y las habilidades de los empleados por lo que se generan más espacios de participación para las personas.
LA GESTION DEL TALENTO EN LAS EMPRESAS
Desde los años 2000 en adelante, se considera la gestión del talento humano como clave para mantener y motivar a los empleados a buscar los objetivos de la organización, así como de buscar condiciones que garanticen su bienestar. Asimismo, la globalización, nuevas tecnologías y mayor capacitación del personal ha influenciado en darle un mayor papel al trabajador dentro de la toma de decisiones de la empresa. Los profesionales de RRHH se han convertido en los impulsores del cambio, dándole al colaborador un lugar central.
Algo que siempre estuvo, pero aun así fue innovador, es que al trabajar con personas indiscutiblemente debemos considerar sus emociones, y gestionar las emociones es clave para lograr un beneficio de ambas partes, para el colaborador y para la organización. La salud mental y el bienestar emocional se vinculan estrechamente con la productividad, el compromiso y los resultados obtenidos.
Entre los nuevos retos de los equipos de gestión humana, encontramos la diversificación, el apoyo y compromiso orientado a la formación y desarrollo de las personas dentro de la organización. Para que los trabajadores puedan volcar lo mejor de sus talentos a la empresa, en el marco de una productividad elevada y obteniendo un alto grado de satisfacción con su propio trabajo.