El beneficio está enfocado a pequeños emprendimientos productivos rurales y supermercados, a los efectos de contribuír al aumento de la capacidad productiva y de la demanda energética de empresas de menor porte.
La medida se analizó a partir de planteos de muchas empresas (en particular pequeños supermercados, establecimienos granjeros y vitivinícolas) que, ante la necesidad de incorporar cámaras de frío o heladeras de gran porte, les implicaba pasar a otra tarifa más costosa por el aumento en el consumo, con el consiguiente aumento de costos operativos.
Para evitar que estas pequeñas y medianas empresas pasaran de la tarifa general a la de mediano consumidor, UTE definió un plan para que las primeras 500 empresas de ese porte que adquieran ese tipo de equipamiento tengan el apoyo de UTE por un período de cinco años, manteniendo las tarifas de la potencia contratada actualmente.
Según fué informado por el organismo, se consideró el apoyo para estas empresas debido a que generan competitividad y trabajo para mucha gente.
En ese sentido, por este subsidio la empresa estatal destinará unos U$S 12,5 millones en el período señalado.